ATENCIÓN PLENA (mindfulness)

Basado en la obra de RECONCILIATION (Healing the inner child) de THICH NHAT HANH

 

¿Cómo cultivamos la energía de la Atención Plena?

Frecuentemente, nuestra mente no está en nuestro cuerpo. A veces realizamos nuestras tareas cotidianas sin que nuestra mente consciente esté implicada. Para cultivar la energía de la Atención Plena, hemos de llevar nuestra mente consciente a todas nuestras actividades y estar verdaderamente presentes en todo lo que hacemos.

Nuestra mente inconsciente es la base de la mente consciente, es el sótano donde se almacenan nuestras experiencias pasadas, y tiene la capacidad de aprender y procesar información. La rabia, la tristeza y la alegría son “formaciones mentales” que están en el inconsciente como si fueran semillas. Tenemos semillas de rabia, desesperación, tristeza, atención plena, compasión y comprensión, etc.

Esas semillas permanecen en el inconsciente hasta que escuchamos, vemos, leemos o pensamos en algo que toca esa semilla y nos hace sentir rabia, alegría o tristeza. Cuando esa semilla se manifiesta en la mente consciente, le llamamos “formación mental”.

Cuando aparece en nuestro consciente una formación mental, lo primero que podemos hacer es tocar la semilla de la atención plena e invitarla también a subir. La atención plena es siempre consciencia de algo. Si respiramos con Atención Plena, eso es consciencia de nuestra respiración.

Nuestra práctica se basa en la comprensión profunda de la nodualidad: la rabia no es nuestra enemiga. Tanto la Atención Plena como la rabia somos nosotros. La atención plena no está allí para suprimir o luchar contra la rabia, sino para reconocerla y prestarle atención. Así, la energía de la rabia es abrazada tiernamente por la energía de la atención plena.

Cuando necesitamos la energía de la Atención Plena, tocamos la semilla mediante la respiración, el caminar o la sonrisa consciente, y esa energía está lista para hacer el trabajo de reconocer, abrazar, observar profundamente y transformar.

Dentro de la semilla de la Atención Plena está la semilla de la concentración. Con estas dos energías podemos liberarnos de las aflicciones y curar las heridas de nuestro niño interior.